LA LIAHONA Y EL TLACHIELONI
Un vistazo a Alma 37:38
Por Juan Javier Reta Némiga
Uno de los pasajes más enigmáticos en el Libro de Mormón es Alma 37:28:
“Y ahora, hijo mío, tengo algo que decir concerniente a lo que nuestros padres llaman esfera o director, o que ellos llamaron Liahona, que interpretado quiere decir brújula; y el Señor la preparó.”
¿Por qué un artefacto esférico fue utilizado tanto para indicar la dirección que debían de seguir como para recibir instrucciones y revelaciones?
Generalmente, una brújula es para nosotros un instrumento plano, redondo, con agujas para señalar los puntos cardinales y no lo asociamos al ejercicio de la fe o a la espera de indicaciones o mensajes sagrados para una comunidad o familia, como es el caso de Lehi y sus compañeros en el desierto. Además ¿Por qué se esperaría que por medio de un objeto la divinidad indicase tanto el camino como sus propósitos. La explicación pudiera estar en el contexto mesoamericano.
Al repasar la cita expuesta más arriba, vemos que Mormón hace una traducción: “que interpretado”… Y pasa de una esfera y de un vocablo desconocido en su entorno a algo conocido: “una brújula”. Y aquí vemos, entonces, la intervención de José Smith como traductor. José debió de traducir la palabra utilizada por Mormón por algo que él conocía, la “brújula”, que debía ser lo más cercano a lo que Mormón intentaba expresar cuando nos narra los consejos de Alma a su hijo Helamán.
Evidentemente, han transcurrido cientos de años entre el relato de Nefi y el mundo cultural en que viven Alma y sus hijos. Una esfera utilizada para el propósito del que ya hablamos podría sonar extraño para ellos, pero “una brújula” no.
Gracias a los grabados de Sahugún y otros códices mesoamericanos que han sobrevivido hasta nuestros días, sabemos que algunas de las deidades de estas tierras eran representadas acompañadas de algún instrumento. Uno de ellos era el tlachieloni.
El tlachieloni, también conocido como “el instrumento para ver” o literalmente “con lo que uno tiene la capacidad de ver cosas” era:
“... en su base, una placa redonda perforada en el centro, colocada sobre un mango que permite cargarla, ... La divinidad, o su representante, se cubría la cara con este objeto y miraba por el agujero.”1
Figura
1: Tezcatlipoca portando el
El "instrumento para ver” o tlachieloni
Este instrumento era utilizado por los sacerdotes o la clase dirigente en los pueblos mesoamericanos para indicar que su portador hablaba por la deidad y a través del orificio central miraba como si fuese el dios y entonces podía vaticinar o predecir el futuro o el resultado de una batalla o la búsqueda de un nuevo asentamiento.2
A menudo, este objeto podía ser acompañado por flechas, tanto para indicar dirección, como el control de la divinidad sobre los puntos cardinales. También para señalar que su portador preside sobre todo, que es el centro del mundo y dueño del tiempo.
Si era a modo de espejo,representaba que su portador era un hombre digno, virtuoso al igual que sus ancestros, por lo que podía llevar el nombre de sus ancestros o de algún dirigente prominente. Con ello podía revelar los pecados del pueblo o de alguna persona, así como el destino que les esperaba.
Si el portador lo elevaba hacia el exterior del asentamiento, entonces podía invocar la protección del mismo a modo de convenio. Como un escudo, como un recordatorio de que este pueblo era puro y digno de llevar el nombre de sus antepasados y ser protegido.
Si
este disco/escudo era asociado a Tonatiuh, entonces además de ser
más brillante, también se le adornaba con flechas que indicaban no
solo su poder, sino los rayos del sol.
Y esos mismos rayos daban
vida y luz, o bien la muerte si el pueblo era desobediente.
El
centro a modo de ojo, a veces podía estar elaborado de oro y era
usado para tener visiones. Y cuando se usan en las danzas,
representan el giro eterno y la continuidad de los ciclos.
Reminiscencias de dicho instrumento quedan en las danzas tradicionales de algunos pueblos mesoamericanos, como en el caso de las representativas de la región del Totonacapan, en México, con su danza de los “guaguas” o los “voladores”.
La danza de los voladores sería un tlachieloni humano. Arriba del palo volador el danzante principal recibe "revelación" para guiar al pueblo en la celebridad. Los danzantes son hombres pájaro/alas/flechas que señalan las cuatro direcciones dando 13 vueltas.
En la danza de los quetzales (la gente que no vuela) gira a modo de disco, portando discos con un espejo brillante en el centro.
Volviendo a la conversación entre Alma y su hijo Helamán, vemos que salen varios elementos relacionados con este instrumento o con algo similar, que era conocido tanto para la gente de la época de Alma como para la época de Mormón.
De tal forma, vemos que el tlachieloni es “una brújula” que lo mismo indica los puntos cardinales que los designios de la deidad y se utiliza para recibir instrucciones de la misma en momentos claves. Y esto es muy parecido a las mismas funciones que cumplía la Liahona para el partido de Nefi. Y al ser un instrumento plano, con flechas, para indicar direcciones, es entendible que José Smith lo tradujera como brújula.
No estoy diciendo que Tlaloc o Tezcatlipoca o algún otro dios citado sean los dioses que adoraron los nefitas. Con esto he querido plantear que había un objeto cultural fuertemente arraigado que aún hacia el posclásico sigue vigente en las culturas mesoamericanas, conocido en náhualt como tlachieloni. Y que, Mormón al hablar de la Liahona hace dos filtros históricos: "nuestros padres llaman esfera... Liahona" es decir la forma en que el pueblo original las conocía junto con su forma geométrica. Luego pasa a traducirlo a palabras y a algo que ellos conocen: "que interpretado quiere decir brújula" Es decir un objeto con similar función, pero no necesariamente igual, ya que el último traductor (José Smith) lo traduce con las características de un objeto que el conoce: la brújula, un instrumento plano en forma redonda con puntos cardinales y agujas. Y en mesoamérica a un objeto redondo con puntos cardinales y agujas que sirve para guiar a las personas, recibir revelación a nombre de un dios y profetizar se llama tlachieloni en náhuatl. Ese es mi punto.
1Martine Vesque, El instrumento para ver” o tlachieloni TRACE 71, CEMCA, enero 2017, págs. 111-137, ISSN: 0185-6286
2Citando a Sahugún, Vesque señala: “tenía en la mano derecha un cetro donde estaba una medalla redonda agujerada a manera de claraboya; estaba asentada de canto sobre una empuñadura redonda, y en lo alto tenía un chapitel piramidal; a este cetro llamaban tlachialoni, que quiere decir miradero, por-que encubría la cara con la medalla y miraba por la claraboya” Op Cit. p. 120