miércoles, julio 12, 2023

El templo israelita y los primeros cristianos

 

El templo israelita y los primeros cristianos

Matthew B. Brown

https://www.fairlatterdaysaints.org/conference/august-2008/the-israelite-temple-and-the-early-christians

https://www.youtube.com/watch?v=agsbZKkbjO8

Traducción de Juan Javier Reta Némiga

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  El libro de Éxodo nos informa que durante los días del profeta Moisés, el Señor mandó a los israelitas que construyeran un templo portátil llamado el Tabernáculo. El Señor le proporcionó a Moisés el diseño de este edificio y también indicó qué tipo de ropa usarían las personas que oficiaran allí y qué tipo de actividades rituales se llevarían a cabo dentro de sus recintos. Esta estructura se destacó por su conexión con las ceremonias de iniciación de los sacerdotes israelitas. Cuando el Pueblo del Convenio finalmente se estableció en su tierra natal, el Señor ordenó que se construyera un templo permanente más grande siguiendo el mismo patrón que el Tabernáculo. Este edificio fue construido por el rey Salomón después de que el rey David hiciera extensos preparativos. En este templo, los sacerdotes de Israel continuaron siendo iniciados en su oficio, pero esta también era una casa donde los reyes experimentaban ordenanzas relacionadas con su entronización. La institución del templo siguió ocupando un lugar central entre los descendientes del patriarca Jacob durante la estancia terrenal del Mesías y durante varias décadas después, hasta que el templo de Jerusalén fue destruido en el año 70 d.C.

Los cristianos que rechazan la idea de que un templo tiene alguna relevancia para los discípulos modernos del Salvador generalmente argumentan los siguientes dos puntos: (# 1) la expiación de Jesucristo hizo obsoleta la adoración israelita en el templo y (# 2) las ceremonias del templo nunca fueron parte de el evangelio de Jesucristo. En este artículo me gustaría sopesar estas dos afirmaciones en la balanza contra los registros históricos y bíblicos y ver si se sostienen bajo escrutinio. En el proceso de hacerlo, presentaré lo que creo que es un enfoque nuevo, y espero que perspicaz, de este tema.

Los críticos han acusado que la institución del templo israelita se volvió obsoleta para los seguidores contemporáneos de Jesucristo. Pero los textos del Nuevo Testamento no parecen apoyar esta afirmación. El Salvador mismo no rechazó el templo. Poco antes de Su muerte en el Calvario, limpió el templo de Jerusalén, lo que indica que lo veía no solo como la casa de Su Padre, sino también como un lugar que necesitaba conservar su estado de santidad (ver Mt. 21:12-13).

En el libro de Marcos capítulo 14 versículo 49 el Redentor declaró que enseñaba en el templo diariamente. Y sus discípulos siguieron su ejemplo. Según el libro de los Hechos, “todos los que creían” (lo que sugiere que toda la comunidad de cristianos en el área de Jerusalén, que asciende a varios miles de personas) “perseveraban unánimes cada día en el templo” (2:41, 44, 46). Además, el libro de los Hechos indica que a los apóstoles de Cristo se les ordenó por un ángel que enseñaran en el templo y obedecieron este mandamiento diariamente. (ver 5:19-21, 42). Cabe señalar que los apóstoles de Jesucristo no dejaron atrás el templo; fueron sacados a la fuerza de sus instalaciones. Pedro y Juan estaban allí durante la hora de oración (ver Hechos 3:1) y fueron echados a patadas por “los sacerdotes, el capitán del templo y los saduceos” (Hechos 4:1-3). Un grupo de judíos de Asia le mostró la puerta al apóstol Pablo (ver Hechos 21:27-30). Debe notarse que antes de que Pablo fuera llevado, él se había sometido a rituales de purificación (v. 26), demostrando así que incluso un líder de la fe cristiana no tenía aversión a participar en algunas de las ordenanzas del templo israelita. También debe notarse que en Hechos 22:17-18 Se describe a Pablo ofreciendo oración en el templo y, mientras lo hacía, tuvo una visión del Señor resucitado y recibió instrucciones de Él acerca de la edificación de Su reino.

  

En todo esto se puede ver que los discípulos de Jesucristo del primer siglo asistían al templo con frecuencia, experimentaban ritos de purificación allí, oraban allí, enseñaban allí y recibían revelación del Señor resucitado allí. Note que todas estas cosas sucedieron DESPUÉS del rasgado del velo del templo, que ocurrió durante la crucifixión. Es obvio que la destrucción de esa cortina en particular no les indicó a los cristianos del primer siglo que el templo se había vuelto obsoleto y, por lo tanto, debía ser abandonado.

 Otro argumento de los críticos es que, dado que Moisés construyó el Tabernáculo y los rituales de iniciación sacerdotal se practicaban dentro del Tabernáculo, deben haber sido clasificados como parte de la Ley de Moisés. Por lo tanto, cuando la Expiación abolió la Ley de Moisés, los ritos de iniciación de los sacerdotes quedaron obsoletos, o al menos eso es lo que se argumenta. Pero como cualquiera que lea el Antiguo Testamento debe saber, el oficio de sacerdote, reconocido por Dios, es anterior a la Ley de Moisés, al igual que el oficio de rey. Melquisedec era tanto rey como sacerdote (ver Gén. 14:18) y, como se indica en el texto de la coronación del Salmo 110, el rey de Israel era (por decreto divino) sacerdote según el orden, no el de Aarón y la Ley de Israel dada por Moisés—sino de Melquisedec (ver vers. 4).

 

Hay otro texto del Nuevo Testamento que muestra que había un vínculo definitivo entre los cristianos del primer siglo y la institución del templo: este es el libro de Apocalipsis. En este registro de las Escrituras, el apóstol Juan describió el templo celestial de Dios con considerable detalle, pero este hecho puede no ser obvio a menos que uno observe el panorama literario general.


 Considere los paralelos, que se muestran en esta diapositiva, entre los objetos descritos en el libro de Apocalipsis y la descripción del Tabernáculo en el libro de Éxodo. Cuando a Moisés se le ordenó construir el Tabernáculo en la tierra, se le recordó que lo hiciera de acuerdo con el modelo que le había mostrado el Señor (ver Ex. 25:40). Es evidente a partir de esta directriz, y también de los paralelos en esta diapositiva, que el templo celestial de Dios sirvió como prototipo para Su santuario terrenal. No era muy probable que los cristianos del primer siglo consideraran que la ideología del templo era obsoleta ya que, como vio el apóstol Juan durante su visión, el trono de Dios todavía estaba ubicado dentro de Su templo celestial después de que se llevó a cabo la Expiación (ver Apoc. 7:15). ). Pero más allá de eso, el texto de Apocalipsis capítulo 6 versículos 9 al 11 necesita ser tomado en consideración. Allí se indica que algunas personas que una vez habitaron la tierra habían ascendido al templo celestial y fueron investidos allí con vestiduras blancas: el mensaje es que los cristianos, incluso después de que se haya llevado a cabo la expiación de Jesucristo, podían experimentar el rito de la investidura. en el templo de Dios. Los críticos se apresuran a señalar que en Apocalipsis capítulo 21 versículo 22 Juan dijo que no vio un templo dentro de la ciudad de la Nueva Jerusalén celestial (ver Apoc. 21:22) y de esta declaración concluyen que el templo se había convertido en obsoleto en el esquema eterno de las cosas. 


Pero lo que los críticos no han reconocido es el hecho de que mientras Juan declaró que “no habrá templo en la Nueva Jerusalén (21:22), la ciudad misma es, por así decirlo, un gran “santuario” -esto, según George Beasley-Murray en su comentario sobre el libro de Apocalipsis-1 Y más allá de esto, debe reconocerse que esta ciudad está formada según el patrón cúbico del Lugar Santísimo del templo terrenal (ver Ap. 21:16; cf. 1 Rey. 6:20). Cualquiera que entre en esta ciudad estará entrando así en el lugar santísimo del templo de Dios.

Si bien toda la información anterior tiende a respaldar la idea de que los cristianos del primer siglo tenían una perspectiva positiva de la ideología del templo, surge naturalmente la pregunta de si esos primeros santos tenían o no una conexión con el sistema de iniciación del templo israelita (que no es necesariamente el mismo que el sistema de sacrificios del templo, aunque hubo cierta superposición). Una vez más, el libro de Apocalipsis proporciona información relevante. En el capítulo 1 de Apocalipsis el apóstol Juan dirige sus comentarios a numerosos individuos que constituyen “las siete iglesias que están en Asia” y menciona que Jesucristo “nos hecho reyes y sacerdotes para Dios” (Ap. 1:5-6). Luego, en el capítulo 5 del mismo libro, los veinticuatro ancianos que rodean el trono de Dios en el templo celestial (como se muestra en esta diapositiva) declaran que el Cordero, es decir, Jesucristo, los “hizo” “reyes y sacerdotes” para Dios (v. 10). Este mismo grupo de veinticuatro ancianos (quienes probablemente representan los veinticuatro turnos de los sacerdotes del templo del antiguo Israel—ver 1 Crónicas 24:1-19) se dice en otra parte del libro de Juan que están “vestidos de vestiduras blancas” y tienen “ coronas de oro” sobre sus cabezas (Ap. 4:4). Un vistazo a los libros del Antiguo Testamento confirma que los sacerdotes del templo del antiguo Israel y los reyes israelitas vestían vestiduras de lino blanco y estaban adornados con coronas de oro (ver Ex. 39:30; Lev. 16:4; Sal. 21:3). 1 Crónicas 15:27).

Pero aún queda la pregunta sobre la naturaleza de la realeza y el sacerdocio cristianos durante este período de tiempo y cómo se otorgó el estatus en estos cargos. ¿Fueron simplemente títulos simbólicos, espiritualizados y alegóricos o los santos del Nuevo Testamento experimentaron físicamente los ritos de iniciación como lo hicieron los reyes y sacerdotes durante los tiempos de Moisés y Salomón?

Ahora me gustaría llamar su atención sobre un patrón distinto en el libro de Apocalipsis que sugiere que los oficios de 'rey y sacerdote' no fueron simplemente otorgados a los cristianos del primer siglo por decreto verbal. Este patrón se encuentra entre las doce declaraciones hechas por la Deidad con respecto a aquellos mortales que vencen al mundo. Examinemos brevemente cada una de estas doce declaraciones en el orden de su aparición en el Apocalipsis de Juan y hagamos comparaciones entre ellas y los ritos de iniciación de los reyes y sacerdotes del antiguo Israel. Observe también, a medida que avanzamos en estas diapositivas, la cantidad de conexiones entre las promesas enunciadas por el Señor y los objetos físicos que se encuentran dentro del complejo del templo israelita.

PROMESAS DEL LIBRO DE APOCALIPSIS Y LA INICIACIÓN COMO REY Y SACERDOTE

1. Comer del árbol de la vida en el Paraíso (Ap. 2:7)

1. Salmos 2:6 Un tipo de Adán

2. No ser herido por la segunda muerte (Ap. 2:11)

2. 1 Reyes. 1:38,45

3. Comer del maná escondido (Ap. 2:17)

3. Salmos 110:7 “beberá del arroyo”

4. Recibe un nombre nuevo (Ap. 2:17)

4. Salmos 72:20

5. Poder sobre las naciones (Ap. 2:26-27)

5. Salmos 2:8-9

6. Recepción de la Estrella de la Mañana (Ap. 2:28)

6. Salmos 110:3 “estrella de la mañana” Septuaginta (En esta es el Salmo 109 en algunas versiones. Nota del traductor).

A los que nacen en el texto hebreo se les llama “Kadoshim”, es decir, santos o santificados/apartados. Y son engendrados por la Estrella de la Mañana o antes de la aurora, dependiendo de la traducción. En el primer caso, da la idea de ser hijos de la Estrella de la mañana, en el segundo de ser santificados antes de nacer. (Nota del Traductor) Otras versiones apuntan que al nacer se convierten en estrella de la mañana, como en la versión al inglés de la Septuaginta que utiliza el autor y dice:

You'll be sovereign in the day of your power,

Along with the brightness of your holy ones.

For, since the time that you came from the womb,

I made you the [bright] morning star.'

(Nota del traductor).

7. Ser vestido con vestiduras blancas (Ap. 3:5)

7. Salmos 110.3 “recibirás tus ropas sagradas” (CEV). “Envuelto en vestiduras santas” en la Nueva Traducción Viviente. Este texto oscurece su idea en otras traducciones. A veces se traduce como “esplendor de la santidad” (Nota. del Traductor).

8. Nombre no borrado del Libro de la Vida (Ap. 3:5)

8. Salmos 72:17

9. Ser hecho una columna en el templo (Ap. 3:12)

9. Salmos 110:4 El rey es un sacerdote para siempre

10. El Nombre de Dios y la Nueva Jerusalén (Ap. 3:12)

10. Salmo 89:24

11. Sentado en el trono de Cristo (Ap. 3:21)

11. Salmo 110:1

12. Adopción y Herencia (Ap. 21:7)

12 Salmos 2:7-8

#1. Comer del árbol de la vida en el Paraíso (Ap. 2:7)


  El erudito del Nuevo Testamento David Aune de la Universidad de Notre Dame explica en su comentario del libro de Apocalipsis que esta es una promesa de que los piadosos y los justos "heredarán el jardín del Edén".2

Note en el libro de Apocalipsis que el árbol de la vida y el agua de la vida están ubicados dentro del cubo de la Nueva Jerusalén/Lugar Santísimo (ver Apocalipsis 22:1-2). Además, se dice en el registro de Juan que habrá

  • Allí no habrá más maldición (ver Apoc. 22:3) y

  • Allí no habrá más muerte ni dolor (ver Apoc. 21:4) y

  • Los habitantes de la Nueva Jerusalén/Lugar Santísimo actuarán como sirvientes (ver Apoc. 22:3).

Todos estos son motivos relacionados con la historia de los primeros padres de la humanidad tal como se registra en el libro de Génesis (ver Gen 2:9-10, 15, 17; 3:16-17).

El mensaje en todo esto es que aquellas personas a las que se les permita el acceso a la ciudad del Lugar Santísimo se volverán como Adán y Eva y experimentarán las cosas que hicieron antes de la Caída. También hay una conexión entre estas ideas y los ritos de entronización del rey israelita. En el libro de Génesis se declara que Dios creó a Adán y lo “puso” en el Jardín del Edén (Gén. 2:7-8). En el Salmo 2, que es reconocido por muchos eruditos bíblicos como un texto de coronación, el Señor declara que ha “puesto” al rey israelita sobre el “monte santo de Sión” o el monte del templo (Salmo 2:6). Un libro titulado Adam in Myth and History llama la atención sobre este paralelo y establece la conexión entre la realeza y la figura de Adán.3 Esta conexión se vuelve más significativa cuando se recuerda que el templo israelita estaba decorado con símbolos del Jardín del Edén.4

#2. No ser herido por la segunda muerte (Ap. 2:11)

La expresión rabínica “muerte segunda” describe el tipo de muerte que sufrirán los impíos en el Seol.5 Apocalipsis capítulo 20 versículo 6 aclara que los reyes y sacerdotes de Dios no serán afectados por la segunda muerte. El profesor Gregory Beale del Wheaton College ha escrito en el The Book of Revelation: A Commentary on the Greek Text que es el estado sacerdotal y real de las personas lo que les da poder sobre la segunda muerte porque tales personas podrán "servir en la presencia de Dios".6

 
Figura : Éxodo 28.33-35 "...para que no muera"

 

La idea de servir en la presencia de Dios es importante para esta discusión porque el capítulo 22 de Apocalipsis revela que Dios estará físicamente presente dentro de la Nueva Jerusalén/Lugar Santísimo (ver vv. 3-4) pero también dice que aquellas personas que califican para la segunda muerte no puede entrar por las puertas de la Nueva Jerusalén/Lugar Santísimo (ver vv. 14-15) o, en otras palabras, no podrán pasar por los ángeles que están de guardia en las puertas de esa estructura— como se puede ver en Apocalipsis capítulo 21 versículo 12. Esta circunstancia se reflejó en los querubines que estaban bordados sobre el velo del templo que estaba colocado a la entrada del Lugar Santísimo del templo terrenal (ver Ex. 26:31-33) y también por los porteros sacerdotales que se paraban en las entradas del templo (ver 1 Crónicas 9:17-27).Algunos eruditos del Antiguo Testamento son de la opinión de que para que alguien pasara por los porteros del templo, tenía que participar en una liturgia de entrada donde se intercambiaban preguntas y respuestas y se daba una contraseña.7

Esto nos lleva a la imagen de las campanas en esta diapositiva. Estos dispositivos se adherían a la parte inferior de la túnica que se entregaba al sumo sacerdote del templo cuando recibía sus ritos de iniciación. Parece que las campanas en la túnica del sumo sacerdote servían como una forma de poder entrar en ciertas áreas del templo. Notará en las escrituras enumeradas a continuación estas campanas que era necesario que el sumo sacerdote las tuviera en su persona para que no sufriera la muerte cuando fuera "al interior del velo". En el Biblical and Theological Dictionary Richard Watson nos dice que “no se debía entrar en el palacio de los reyes sin la debida notificación, [y esto se hacía] golpeando algún objeto sonoro [o productor de sonido] . . . [E]l Sumo Sacerdote, con el sonido de sus campanas en la parte inferior de su túnica, pedóa permiso para entrar [al santuario de Dios]”.8

En la siguiente diapositiva, puede ver que tanto los reyes como los sacerdotes de Israel pasaron por un rito de lavado como parte de su inducción al cargo (oficio). En la parte inferior de esta diapositiva hay un pasaje del libro de Éxodo en el que el Señor declara que los sacerdotes de Su templo debían lavar ritualmente ciertas partes de sus cuerpos con agua antes de servir dentro de Su santa casa. De lo contrario, el ofensor podría sufrir la muerte.

INICIACIÓN DEL SACERDOTE:

Y harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.

Éxodo 40:12

 

INICIACIÓN DEL REY:

Salomón "se bañó en Gihón" antes de que un oficiante lo ungiera como rey de Israel (Cirilo de
Jerusalén, Sobre los Misterios III, lectura
21, párrafo 6; ver 1 Reyes 1:38, 45).



#3. Comer del maná escondido (Ap. 2:17)

Se sabe por los textos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento que una porción del maná que alimentaba a los israelitas durante los días de Moisés estaba escondida dentro del Arca de la Alianza, que a su vez estaba colocada dentro del Lugar Santísimo (ver Ex. 16:15, 33-34; Hebreos 9:4). Debido a la inaccesibilidad de este maná, excepto para el sumo sacerdote del templo, podría pensarse que estaba 'escondido'. Había una tradición judía de que durante la era mesiánica el maná (o “pan” como lo llamó Moisés; véase Éxodo 16:15) volvería a descender y nutrir al pueblo del pacto de Dios.9 Durante el ministerio mesiánico de Jesucristo, Él se identificó positivamente como el “pan de vida” (Jn. 6:51).

George Widengren, en su estudio titulado The King and the Tree of Life in Ancient Near Eastern Religion, planteó la hipótesis, a partir de su conocimiento de los patrones de culto de Mesopotamia, de que la olla de maná en el templo israelita era parte de las insignias entregadas al rey de Israel durante su ceremonia de coronación.10 Si bien no hay referencia al 'maná' en los Salmos de la coronación, hay una referencia comparable al alimento en el Salmo 110:7, donde se dice del rey que "beberá del arroyo". Es probable que este sea el arroyo Gihón, considerado mitológicamente como la fuente de la vida.11Este acto de beber podría ser visto como participar del agua de vida, que es algo que supuestamente harán aquellos en la Nueva Jerusalén/Lugar Santísimo (ver Apoc. 21:6; 22:1; cf. Ezequiel 47: 1).

#4. Recibe un nombre nuevo (Ap. 2:17)

El nuevo nombre es un tema que está directamente relacionado con la asunción real. “Cuando [el rey israelita] es coronado y recibe el cetro —dice el Anchor Bible Dictionary— , recibe un nombre nuevo”.12 Un artículo publicado en el Journal of Biblical Literature dice: “Las indicaciones son que . . . el otorgamiento de un nombre de reinado [o nombre de entronización], fue una característica regular del patrón de la realeza en Judá desde [la época de] David hasta [la época de] Sedequías”. Esta fuente también afirma que “la ocasión del otorgamiento del nombre real fue sin duda el momento de la unción y entronización; la pronunciación del nuevo nombre acompañaría naturalmente a la adopción divina” (—tema que se mencionará más adelante en esta presentación).13


4. Recibe un nombre nuevo. (Apo. 2.17, Sal. 72:20)


En esta diapositiva se ve una ilustración de la historia en Génesis donde el patriarca Jacob 'lucha' con un supuesto 'ángel'. Sin embargo, en esta escultura los dos parecen estar abrazados en lugar de luchar. De hecho, el comentario de un rabino medieval sobre la Torá insiste en que la experiencia de Jacob con el ser celestial debe traducirse en Génesis como "y lo abrazó".14Fue en este abrazo que Jacob recibió un nuevo nombre (ver Gén. 32:24, 27-28).

En la colección de Louis Ginzberg de The Legends of the Jews se informa que los dos querubines en la parte superior del Arca de la Alianza eran ambos de género masculino y se abrazaban milagrosamente "siempre que Israel [era] devoto de su Señor". Un abrazo se asoció así con el Lugar Santísimo del templo israelita.15 Como el Dr. Raphael Patai ha señalado en uno de sus volúmenes publicados, los querubines fueron remodelados en un momento como una pareja masculina y femenina y se mostraban en un abrazo íntimo. Pero el significado de las imágenes asociadas con ellos siguió siendo el mismo que antes; eran una “expresión simbólica de la relación entre Dios e Israel”.16 Aparte, se puede mencionar que Hipólito, Cirilo, Ambrosio, Crisóstomo y Narsai informaron sobre los primeros abrazos de iniciación cristiana. Esto representa un lapso de tiempo de aproximadamente 150 dC a 450 dC y cubre un área geográfica desde el norte de África hasta Jerusalén, Siria, Italia y Constantinopla.

#5. Poder sobre las naciones (Ap. 2:26-27)

Este es un pasaje que tiene conexiones directas con los textos de coronación real del Antiguo Testamento. Estos versículos del libro de Apocalipsis son, de hecho, “una traducción libre del Salmo 2:8-9”.17Esto queda claro cuando los dos bloques de palabras se colocan uno al lado del otro y se resaltan las frases clave, como en esta diapositiva.

Aquí, los motivos reconocidos de la coronación de la realeza se aplican directamente a los seguidores de Jesucristo del primer siglo.

SERÁ DADO PODER SOBRE LAS NACIONES

Apocalipsis 2:26-27

Salmos 2:8-9

Y al que venciere, y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las naciones;

27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero, como también yo la he recibido de mi Padre.

Pídeme, y te daré por heredad las naciones,y por posesión tuya los confines de la tierra.

9 Los quebrantarás con vara de hierro;como vasija de alfarero los desmenuzarás.

#6. Recepción de la Estrella de la Mañana (Ap. 2:28)

  La estrella de la mañana en realidad no es una estrella sino el planeta Venus. Durante la época babilónica “Venus era el símbolo de la soberanía. En época romana era más concretamente el símbolo de la victoria y la soberanía, por lo que . . . Las legiones de César llevaban su signo en sus estandartes. Por lo tanto, parece, en relación con lo discutido en la diapositiva anterior, que “la estrella de la mañana era la señal de conquista y dominio sobre las naciones.”18 También debe recordarse que “la estrella era un símbolo familiar en los escritos judíos para el esperado rey davídico”.19 Los magos del Nuevo Testamento declararon que habían visto la estrella del rey de los judíos en el oriente (ver Mt 2,2). Es probable que todo esto esté relacionado con Apocalipsis 22:16, donde Jesucristo se llama a sí mismo la "estrella de la mañana".



La segunda referencia bíblica en esta diapositiva muestra que en la versión de la Septuaginta del Salmo 110:3, que es un texto de coronación real, se menciona la "estrella de la mañana". En la traducción King James del Salmo 110:3, sin embargo, solo se puede discernir el concepto de "mañana". En un contexto de coronación, la mañana sería el momento del nuevo nacimiento del rey como miembro de la familia de Dios, lo cual se discutirá en una sección posterior de esta presentación.

#7. Ser vestidos con vestiduras blancas (Ap. 3:5)

Según el comentario de Robert Thomas sobre el Apocalipsis del Nuevo Testamento, “la fuente de [esta] imagen es . . . Zacarías 3:1-10 donde las vestiduras sucias de Josué el sumo sacerdote [del templo] son ​​reemplazadas por prendas limpias.” Él dice que “los vencedores están [así] vinculados al sacerdocio y las funciones sacerdotales a través de esta promesa” en el libro de Apocalipsis.20

Es bien sabido que los sacerdotes del templo del antiguo Israel estaban investidos con vestiduras blancas cuando eran iniciados en el cargo (oficio) (ver Ex. 28:4), pero parece que en 1 Crónicas 15:27 que el rey de Israel también recibió ropa de esta naturaleza. Y de acuerdo con una interpretación académica moderna del Salmo 110 que la adquisición de esta vestimenta por parte del rey tuvo lugar el día de su entronización. William Brown del Union Theological Seminary en Richmond, Virginia, traduce el versículo 3 de este reconocido texto de coronación diciendo: "En santo esplendor" y señala que el cognado femenino de la palabra "esplendor" puede referirse a vestimentas de culto.21 De hecho, una Biblia moderna traduce estas palabras como “en vestiduras sagradas” (ESV) (holy garments, en inglés, nota del traductor) y otra dice “vestirás las vestiduras sagradas” (CEV) (sacred robes, en inglés, nota del traductor).



#8. Nombre no borrado del Libro de la Vida (Ap. 3:5)

Un comentarista de este pasaje dice que en la literatura judía e israelita antigua se hace referencia con frecuencia al Libro de la Vida “como una especie de registro de ciudadanos celestiales”. Además, enseña que “en el judaísmo y el cristianismo primitivo, el escenario principal del motivo del Libro de la Vida era la escena del juicio en la que Dios está sentado en Su trono rodeado de cortesanos celestiales. . . . El origen de esta metáfora”, dice, “es sin duda el de la antigua corte real del Cercano Oriente, donde los registros se ponían a disposición del rey para impartir justicia”.22En el comentario exegético de Robert Thomas sobre el Apocalipsis, propone que esta promesa “promueve el pensamiento de la pureza sacerdotal del vencedor”. Según él, tener el nombre de uno registrado en el libro está relacionado con la admisión a la Nueva Jerusalén.23 Entonces, una vez más, tenemos una promesa que se puede conectar con la realeza y el sacerdocio y el lugar santísimo del templo.



Otro vínculo de esta promesa con la realeza israelita se puede discernir en el Salmo 72, que algunos eruditos reconocen como un texto de coronación. En el versículo 17 se afirma que el nombre del rey permanecerá para siempre, lo cual es otra forma de decir que nunca será borrado.

#9. Ser hecho una columna en el templo (Ap. 3:12)

Esta es una referencia al " templo celestial ", dice un erudito, y al individuo que se convierte en "una parte permanente del templo de Dios y, por lo tanto, un participante continuo en la adoración divina que tiene lugar allí".24 Robert Charles, archidiácono de Westminster y miembro de la Academia Británica, pensó que era posible que este lenguaje figurativo sirviera para “establecer la dignidad de los fieles como sacerdotes de Dios en el otro mundo”.25 En este sentido, es interesante notar que en el documento de coronación del Salmo 110 se afirma que el rey es “sacerdote para siempre”.


9. Hecho un pilar en el templo y nunca dejarlo. Apo. 3:12, Sal.110:4


# 10. El Nombre de Dios y la Nueva Jerusalén (Ap. 3:12)


Esta promesa se puede conectar directamente con los sacerdotes del templo ya que Apocalipsis capítulo 22 versículo 4 indica que el nombre de Dios está escrito en la frente del individuo y Éxodo 39:30 especifica que el nombre de Dios estaba escrito en la coronilla (o frente) del Sumo Sacerdote del templo. De esta manera, todos los que vencen al mundo se convierten en sumos sacerdotes y así todos tendrían acceso al Lugar Santísimo del templo, concepto que se confirma en Hebreos 9:3 y 10:19. “El nombre de Dios y el nombre de Su ciudad no deben pasarse por alto”, dice Richard Wilkinson en el Journal of Biblical Literature.. “La relación entre el rey oriental y su ciudad era de la mayor importancia, ya que la ciudad simbolizaba la institución de la realeza no solo en virtud de su posición como sede del monarca, sino también porque el mismo acto de asunción estaba invariablemente legitimado por la lugar de la entronización”.26

Si nos dirigimos al texto de la coronación del Salmo 89, podemos ver un posible paralelo con este concepto en el versículo 24. Allí se le promete al rey de Israel que será exaltado en el nombre del Señor.

#11. Sentado en el trono de Cristo (Ap. 3:21)


11. Sentado sobre el trono de Cristo Apo. 3:21 Salmos 110.1

El trono del Salvador, como se menciona en esta promesa, es “el trono de David” o el trono del rey de Israel.27 Esta promesa se refiere, por lo tanto, a la realeza dentro de la casa de Israel y también sugiere la idea de deificación para el Santo que tiene el privilegio de tomar esta silla exaltada.

“La promesa de que el cristiano victorioso se sentará con Cristo en Su trono”, dice un comentarista, “se basa en las imágenes de la realeza y entronización del antiguo Cercano Oriente e Israel”. La frase “así como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono”, dice David Aune de la Universidad de Notre Dame, “es una alusión al Sal. 110:1”.28 Y, por supuesto, el versículo 1 del Salmo 110 menciona el escabel (estrado) del trono del rey israelita. El texto de la coronación del Salmo 89 habla de Dios estableciendo el trono del rey en el momento de la coronación (ver Sal. 89:3-4, 29, 36), pero se puede ver un paralelo más directo con la promesa de Apocalipsis 3:21 en los dos libros de Crónicas donde se afirma que Salomón se sentó en el trono del Señor como rey, lo que significa que era un vicerregente y representante del Soberano celestial (ver 1 Crónicas 28:5; 29:23; 2 Crónicas 9 :8).



#12. Adopción y Herencia (Ap. 21:7)

 
12. Adopción y Herencia. Apo: 21:7, Salmos 2:7-8

Robert Charles hizo notar el hecho de que esta promesa en particular tiene una conexión con la realeza ya que se hace en el Antiguo Testamento al rey David y también al rey Salomón (ver 2 Sam. 7:14; Sal. 89:26-27).29La conexión del texto de Apocalipsis 21:7 con la realeza israelita se vuelve clara cuando se compara con el Salmo 2:7-8. La fórmula de la adopción divina está presente en ambos pasajes y ésta, a su vez, está ligada al concepto de herencia total. Roland de Vaux afirma en su volumen sobre el Antiguo Israel que el rey fue adoptado por Deidad en el “día de [su] consagración”.30 El Theological Dictionary of the Old Testament afirma que “la filiación del rey se considera una garantía divina de su poder y autoridad. Es el poder divino lo que le da al rey su poder”.31 La ilustración en esta diapositiva es el patriarca Jacob adoptando a Efraín y Manasés y asignando a Efraín como heredero de las bendiciones del primogénito (ver Génesis 48). El texto de la coronación del Salmo 89:29 indica que el rey de Israel se convirtió en el “primogénito” del Señor.

Para resumir hasta aquí: Los textos del Nuevo Testamento sugieren que los cristianos ortodoxos que vivían en el área de Jerusalén en la época de Jesucristo no abandonaron el templo israelita después de que se efectuó la Expiación; se vieron obligados a dejarlo en su lugar. El libro de Apocalipsis indica que estos cristianos creían en la existencia y relevancia del templo celestial de Dios y también creían en las ideologías de la realeza y el sacerdocio en relación con ese templo. Además, afirmaron que como mortales, al igual que sus contrapartes celestiales, habían sido HECHOS reyes y sacerdotes para Dios. Jesucristo dio una serie de promesas a Sus fieles discípulos en el libro de Apocalipsis, todas las cuales tienen conexiones con los conceptos del templo israelita y la mayoría de ellas tienen conexiones con los rituales de iniciación reales de los reyes y sacerdotes israelitas.

La pregunta que debe hacerse en este punto es la siguiente: ¿Los primeros cristianos vieron esta conexión con los antiguos ritos de iniciación del templo como meramente alegórica o hay alguna evidencia de que la conexión tomó una forma litúrgica real? Lo más lógico para resolver esta cuestión es echar un vistazo a las prácticas litúrgicas cristianas primitivas y ver si existe alguna conexión con las ceremonias de iniciación de los reyes y sacerdotes israelitas.

Antes de emprender un viaje por ese camino, me gustaría señalar que la visión de larga data de muchos eruditos ha sido que la liturgia cristiana primitiva fue un desarrollo de actividades que tuvo lugar dentro de la sinagoga judía. Sin embargo, esa opinión no ha pasado desapercibida. En el libro de Margaret Barker titulado The Great High Priest: The Temple Roots of Christian Liturgy, ella expone su creencia de que “es más probable que la adoración [cristiana primitiva] se inspirara en la de los ángeles sacerdotes en el templo [celestial], que derivada de la sinagoga.”32Asimismo, en su libro llamado Temple Themes in Christian Worship, ella dice:

Cualquier investigación sobre el origen del culto cristiano debe tener en cuenta el hecho de que Jesús fue proclamado como el Gran Sumo Sacerdote (por ejemplo, Heb. 4:14), y el sumo sacerdote no funcionaba en una sinagoga; [También debe considerarse] que el mensaje central del cristianismo era la expiación, un ritual en el corazón del culto del templo; que la esperanza en el Mesías se basaba en el sumo sacerdocio real del templo original; y que los cristianos se consideraban a sí mismos como un reino de sacerdotes (1 Pedro 2:9). El gran sumo sacerdote y sus sacerdotes reales habrían estado fuera de lugar en una sinagoga.33



Con ese punto de vista enunciado, ahora podemos pasar a una gran colección de textos de iniciación cristiana primitiva que fue actualizada en 2003 por el Dr. Maxwell Johnson de la Universidad de Notre Dame. Esta colección se llama Documents of the Baptismal Liturgy. A lo largo de estos textos hay referencias a términos del templo como fuente, altar, sacrificio, incienso, sacerdote, levita y sumo sacerdote. Incluso hay declaraciones en estos documentos de que los iniciados van a entrar en el templo de Dios para recibir ciertas ordenanzas y también entrar en el Lugar Santísimo (la Liturgia de Jerusalén, de alrededor del año 350 dC, usa ambos términos, templo y Lugar Santísimo). d—para describir el edificio donde se lleva a cabo la liturgia). También debe señalarse que, al igual que la promesa del libro de Apocalipsis, a algunos de los primeros cristianos se les dijo que entrarían en el Paraíso pasando junto a los querubines que custodian su entrada. También fueron, en algunos casos, directamente comparados con Adán en el Paraíso. Se decía que sus nombres estaban escritos en el Libro de la Vida y participaban en una forma de adopción. Significativamente, los temas del sacerdocio y la realeza se enseñaban a los iniciados de forma regular en estos documentos de iniciación. Un texto dice: “Como en la antigüedad los sacerdotes y los reyes eran ungidos en Israel, así también vosotros”.34 Echemos un vistazo más de cerca a la ceremonia de unción de los iniciados cristianos y las conexiones del templo que tenía.



En esta diapositiva se ve una representación de una unción real en el antiguo Israel y, a la derecha, se encuentran las características de la ceremonia de unción cristiana primitiva. Los números después de cada anotación en esta diapositiva son páginas del libro editado por Maxwell Johnson. Note a medida que los leemos que todos estos conceptos se corresponden con los textos bíblicos que tienen que ver con la unción de los reyes y sacerdotes israelitas.

  • El iniciado es “traído al Templo Sagrado [de Dios] para recibir la unción” (100)

  • La unción se hace con “aceite de oliva” (43; 53; 122)

  • El aceite es “fino [y] perfumado” (24; 95)

  • El aceite es “consagrado” (24; 66)

  • Un recipiente en forma de cuerno contiene el aceite (9; 64; 66-67; 70-72; 95)

  • “El sacerdote vierte una cantidad suficiente del aceite de la unción en la palma de su mano y unge el cuerpo [del iniciado] completamente, con la cabeza hacia abajo” (94)

Aquí hay un antiguo texto armenio que describe la ceremonia de unción cristiana tal como se practicaba en esa parte del mundo en el siglo IX.35 Esta es una cita directa.

[el sacerdote] unge [al iniciado] con óleo sagrado:

Primero [en] la frente, diciendo: Un aceite fragante derramado en el nombre de Cristo, el sello de los dones celestiales.

Luego los ojos, diciendo: Este sello que es en el nombre de Cristo, ilumine tus ojos, para que nunca duermas en la muerte.

Los oídos: Sea para ti la unción de la santidad para oír los mandamientos divinos.

Las fosas nasales: Que este sello de Cristo sea para ti un olor fragante de vida en vida.

la boca, diciendo: Sea este sello para ti por guarda puesta delante de tu boca, y por puerta para guardar tus labios.

Las palmas de las manos, diciendo: Que este sello de Cristo sea para vosotros un medio de hacer el bien, de obrar y de vivir virtuosamente.

El corazón: Que este sello de la santidad divina establezca en ti un corazón santo, y renueve un espíritu recto dentro de tu interior.

La columna vertebral: Que este sello que está en el nombre de Cristo sea para ti escudo y adarga, con el cual puedas apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Y los pies: Que este sello divino guíe tus pasos correctamente hacia la vida inmortal.”

Otro paralelo evidente entre los ritos de iniciación de los israelitas y los cristianos era el de la investidura. En esta diapositiva se puede ver que al fondo alguien sostiene la prenda blanca que el iniciado está a punto de recibir. El color, por supuesto, hace juego con las vestiduras blancas que usaban los reyes y sacerdotes de Israel. En un texto cristiano primitivo del libro de Maxwell Johnson, esta prenda bautismal se llama específicamente “el manto glorioso que perdió Adán”. En otro documento, los iniciados no solo reciben "vestiduras blancas", sino también una cubierta real para la cabeza que se llama "corona" y está atada por un sacerdote. Se dice que estos iniciados llevan “la vestidura de la gloria”, que se parece mucho a las “vestimentas. . . para gloria” para ser usado por los sacerdotes israelitas del templo (Ex. 28:2, 40).

 

 
Durante la creación, el Señor"puso una compás [o inscribió un círculo]sobre la faz del abismo[heb. tehom, mar]" (Prov. 8:27).El Señor dice del rey de Israel en su coronación:"Pondré su mano también [sobre] el mar" (Sal.89:25).

  
 Pero los paralelismos entre la vestimenta de estos dos grupos no terminan aquí. El efod que usaban tanto los reyes como los sacerdotes israelitas ha sido identificado en un libro publicado por EJ Brill como un taparrabos ceremonial ceñido a la cintura. El efod que usaba el sumo sacerdote del templo era “una especie de delantal que se colgaba en la parte delantera del cuerpo del sacerdote y se sujetaba a la cintura por medio de un cinturón adjunto; estaba hecho de tela de lino fino ( ö?s ) que estaba bordada” con hilos de colores.36 La evidencia de delantales entre la vestimenta eclesiástica de los primeros cristianos es tanto literaria como arqueológica. Los sacerdotes griegos tomaron nota de los delantales rituales de los monjes de Egipto que solo usaban en ocasiones litúrgicas.37 Todos los monjes enterrados en el monasterio de San Marcos en Tebas tenían “un delantal de cuero. . . depositado sobre la última capa de ropa.”38 Asimismo, cuando los monjes del siglo VII del monasterio de Epifanio fueron enterrados “sus cinturones de cuero y delantales de cuero estaban atados a la cintura” en el exterior de una capa de tela de lino. He hablado con una persona que está involucrada en la excavación de un vasto cementerio cristiano precopto en Egipto y me ha informado que muchos de los cristianos enterrados allí usan delantales. Este es el mismo cementerio sobre el que se ha escrito en un artículo publicado en BYU Studies.39 Lo que nos lleva a la siguiente diapositiva.



Aquí hay fotos de otras dos prendas de vestir usadas por algunos de los primeros cristianos en el cementerio que acabamos de mencionar. A la izquierda hay una túnica que tiene tiras de lino reunidas en un nudo en uno de los hombros, lo que puede indicar que es una prenda sacerdotal. Algunas de las túnicas que usan estos cristianos tienen el nudo ubicado en el hombro izquierdo, mientras que otras lo tienen en el hombro derecho. La fotografía de la derecha muestra una prenda usada junto al cuerpo del cristiano que fue sepultado en ella. Lo curioso de esta prenda es que estaba decorada con rosetones sobre cada pecho y sobre la rodilla derecha pero no sobre la rodilla izquierda. Luego, está el corte con dobladillo ubicado sobre el abdomen. Esta característica es importante porque a veces se representa un diseño de línea recta en las representaciones artísticas de las vestimentas blancas de los primeros cristianos.

  

Aquí hay unos ejemplos. Estas marcas se conocen en general como gammadia. El nombre proviene de la letra griega gamma que tiene forma de ángulo recto. Puede ver marcas de ángulo recto en ambos ejemplos en la pantalla. La marca gamma o de ángulo recto es, con mucho, la gammadia más común que se encuentra en las primeras representaciones de la vestidura cristiana blanca. Los estudiosos no entienden claramente el significado de estas marcas, pero Edmondo Lupieri, un profesor italiano de historia del cristianismo, ha postulado recientemente en un comentario sobre el libro de Apocalipsis que pueden estar relacionadas con el reinado de Jesucristo.40 Si examina las representaciones cristianas primitivas del Salvador entronizado, notará que a veces Él tiene la marca gamma en Su manto, al igual que los ángeles que están junto a Su trono. 


  Cabe señalar que se han descubierto marcas gamma en ángulo recto en las túnicas de algunos cristianos coptos, como se muestra aquí en la parte inferior de esta diapositiva. Puede ver que el mismo diseño exacto en la túnica (una marca gamma con un cuadrado interior) se representa en el velo encima de ella. El velo de este mosaico representa la barrera de las iglesias cristianas orientales que separaba la cámara de audiencia principal de lo que llamaban el Lugar Santísimo. Estas marcas en el velo son interesantes porque se sabe que hubo marcas cosmológicas en el velo exterior del Templo de Jerusalén durante la época de Jesucristo.41 Hablaremos de otro símbolo cosmológico asociado con el Salvador en unos minutos.

 

En esta diapositiva se ve una réplica moderna de un velo bizantino del Lugar Santísimo con marcas gamma. Además de lo que puedes ver aquí, también hay puertas, velos y marcas gamma a ambos lados de esta entrada. El edificio de la iglesia bizantina donde se encuentra esta barrera está en Grecia y es interesante notar que en su pared exterior hay símbolos asociados con el templo del rey Salomón.

  

 Aunque los eruditos actualmente no entienden el significado detrás de las marcas gamma, la misma forma se representó en una Biblia moralizada medieval donde el contexto es claro. Aquí, en esta diapositiva, puede ver a Zacarías, el sacerdote del templo, y a su esposa Elizabeth. Ella sostiene una escuadra de carpintero contra su pecho (y apunta hacia su derecha) mientras él sostiene un compás de arquitecto contra su pecho. Una imagen similar en otra Biblia moralizada muestra a la misma pareja sosteniendo escuadras de carpintero y el texto que la acompaña explica que la herramienta en ángulo recto es un símbolo de su justicia.

El compás del arquitecto es importante porque se mostró en muchas representaciones cristianas primitivas del Señor como el Creador. Y, curiosamente, esta imagen parece tener una conexión con los ritos de iniciación a la realeza del antiguo Israel. Aquí, en esta diapositiva, vemos al Señor entronizado como Rey y sostiene un gran compás sobre los elementos de la creación. Note las olas del mar en el borde exterior del mundo que Él sostiene. En la cosmología israelita, Dios no solo era visto como un Rey, sino que se consideraba que Su estatus real estaba relacionado con Su derrota del Monstruo del Caos en el momento de la creación. El Monstruo del Caos era una serpiente “insolente” que habitaba en el mar y, como dijo Herman Gunkell en su estudio sobre Creation and Chaos, él era el enemigo antagónico de Dios cuyo “dominio en la tierra [fue] un reino de terror” que “perpetró sobre la tierra una devastación eterna”.42 En esta diapositiva se ve una referencia al capítulo 8 de Proverbios, donde se indica que Dios conquistó al Monstruo del Caos inscribiendo un círculo alrededor del mar y estableciendo así un límite para las olas, que eran un símbolo visible del caos. Al volver al texto de la coronación del Salmo 89, encontramos motivos de la creación y también escuchamos al Señor decir del rey de Israel: " Pondré su mano también [sobre] el mar". Según el profesor Nicolas Wyatt de la Universidad de Edimburgo, el Salmo capítulo 89 versículo 25 parece hablar del rey israelita compartiendo con el Rey celestial la victoria primigenia sobre el caos. “Incluso podemos conjeturar”, dice, “que en un ritual apropiado, el rey [de Israel] recibió las armas de . . . [Dios] en este momento de la liturgia”.43 Pero dado que la implicación de Proverbios 8:27 es que el Señor venció el caos al inscribir un límite circular sobre el mar, es igual de lógico concluir que durante la entronización del rey israelita no se le entregó un arma, sino el instrumento implícitamente usado por el Señor para conquistar el caos: el compás de un arquitecto.




Si examinamos el libro de Maxwell Johnson sobre los Documents of the Baptismal Liturgy , encontramos que cuando algunos de los primeros cristianos recibieron sus ritos de iniciación, no solo se les enseñó la historia de la creación, sino que tuvieron una confrontación con una serpiente llamada Satanás. A los iniciados se les dijo durante este ritual que consideraran que el adversario estaba en su presencia inmediata y que le dijeran que "se fuera". Así, se obtuvo una victoria contra el enemigo del iniciado.

Otra forma en que los primeros cristianos se separaron ritualmente de Satanás fue renunciar a él por medio del pacto. Un texto de iniciación es particularmente interesante porque en él los iniciados hacían su renuncia y pacto estrechando la mano izquierda del sacerdote oficiante. Luego se hizo otro pacto, esta vez para comprometerse uno mismo con Jesucristo, uniendo la mano derecha con el oficiante. El apretón diestro es un motivo que se encuentra en las obras de arte paleocristianas en un contexto que ya se ha mencionado en esta presentación. Aquí, en esta diapositiva, pueden ver, a la izquierda, que el apóstol Pedro está admitiendo a un monje a través de la puerta del Paraíso. En medio hay un cristiano resucitado con una túnica blanca que entra por la puerta de la Nueva Jerusalén. Y a la derecha vemos al rey israelita parado en la puerta velada del Templo de Jerusalén y siendo admitido por el Señor en una asamblea de personas (ver Salmo 27). Nótese en la primera y tercera imagen que hay una escalera que marca ambas escenas como ascensiones.



Es curioso que en la traducción King James del texto de la coronación del Salmo 89 se dice que la diestra del Señor se establecerá con el rey (vv. 13, 21). El erudito en salmos John Eaton traduce este pasaje con estas palabras (con el Señor hablando): “Mi mano lo asirá”.44 Esto sugiere un apretón de manos entre el Rey Celestial y Su vicerregente terrenal. De hecho, dos eruditos que han escrito comentarios sobre los Salmos (Hans Kraus y Arnold Anderson) afirman rotundamente que un apretón de mano derecha entre Dios y el rey pertenecía al ritual de entronización de los israelitas.45

En esta última sección de mi presentación me gustaría llevarlos a la era moderna y leer algunos materiales de los cristianos ortodoxos orientales. Ahora que ha visto los modelos expuestos en este discurso, puede decidir si los motivos arquitectónicos y litúrgicos del templo han continuado o no entre los discípulos modernos de Jesucristo. Ahora le leeré un resumen de la información que se encuentra en un libro llamado Illustrated History of Assyrian Christianity.



La arquitectura de los edificios de las iglesias orientales es de naturaleza simbólica y refleja el eje del espacio y también el eje del tiempo. El eje del espacio establece una conexión entre la tierra y el paraíso, mientras que el eje del tiempo comienza con la creación y avanza a través de los acontecimientos de la vida, la crucifixión y la resurrección del Salvador. Los participantes en la liturgia siria se consideran participantes personales en los eventos del tiempo sagrado. Los edificios de la iglesia nestoriana están orientados de modo que el sol naciente en el este incida en la parte más sagrada del edificio, lo que corresponde a la ubicación de la gloria de Dios como se ve en la visión del profeta Ezequiel del templo israelita (ver Ezequiel 43: 1- 4). Más allá de la entrada a la iglesia hay un "patio delantero" al aire libre donde se quitan los zapatos de los fieles y también un recinto al aire libre más pequeño donde se ofrecen oraciones. El interior de la iglesia propiamente dicha incluye una sala principal de congregación llamada "nave". Esta área de la iglesia representa la tierra y la parte más oriental de la misma, o “vestíbulo”, representa el Jardín del Edén. Se considera que el paraíso es un puente entre el cielo y la tierra y cuando se leen las Escrituras desde este lugar durante la liturgia, se considera que los lectores son mensajeros angélicos que traen las enseñanzas de Dios del cielo a la tierra. Solía ​​​​haber un camino ligeramente elevado construido en el piso de las iglesias orientales que conducía al Jardín del Edén llamado "el camino recto", que significaba "el camino angosto" que conducía al reino celestial. En épocas anteriores había entradas separadas a la nave para hombres y mujeres y cada grupo se reunía en sus respectivos lugares: los hombres a la derecha y las mujeres a la izquierda (los fieles ortodoxos sirios se colocan en posiciones opuestas con las mujeres a la derecha y los hombres a la izquierda). La parte más importante de la iglesia se encuentra en el este y se llama el "coro" o Lugar Santísimo. Este lugar representa el cielo y es donde ocurre la “liturgia de los misterios”. Se coloca un altar dentro de esta área de la iglesia y sobre él hay un baldaquino que simboliza el Arca de la Alianza. “El lugar santísimo se levanta en tres niveles” y por lo tanto lo designa como un espacio que es más sagrado que los demás en el edificio. Entre el Lugar Santísimo y la nave en algunas iglesias orientales hay una barrera llamada “iconostasio”. Esta pantalla (que está construida de madera o piedra) está equipada con una entrada y se extiende una "cortina" a través de ella para ocultar el contenido y las actividades del lugar santísimo. En las iglesias ortodoxas sirias solo se utiliza una cortina para marcar esta división. Cuando se cierra la cortina, representa la ruptura de la conexión entre el cielo y la tierra provocada por las acciones de Adán y Eva (en épocas anteriores, la presencia de Adán en el edificio estaba representada por su tumba simbólica en la nave). El velo se abre a un lado durante la liturgia para significar la apertura del cielo y la presencia de Jesucristo. Solo ciertos rangos de clérigos pueden pasar por el divisor de la cortina y entrar al Lugar Santísimo.46 Nótese en todo esto que hay tres niveles ascendentes de existencia representados en la arquitectura de este edificio.

Finalmente, permítanme leerles un breve resumen de los ritos de iniciación de los monjes ortodoxos griegos de un libro publicado por Yale University Press. Fíjate si detectas alguna conexión entre lo que se dice aquí y la información que ya se ha presentado.



Etapa 1: El iniciado es llevado al edificio de la iglesia y se le da “un nuevo nombre” y se le inviste con una túnica y un tocado.

Etapa 2:El servicio simboliza tres cosas: (#1) un segundo bautismo o lavado, (#2) el regreso del hijo pródigo y (#3) el matrimonio. El iniciado va a las Puertas Reales y al altar [es decir, el iconostasio/velo] donde el abad (que representa al padre de la parábola del hijo pródigo) se encuentra con él. Hay un intercambio de preguntas y respuestas entre ellos que comienza cuando el abad pregunta por qué el iniciado ha venido allí y el iniciado responde anunciando su intención. Las preguntas y respuestas que siguen incorporan la toma de “votos formales” de obediencia, castidad y un estilo de vida monástico. El abad le recuerda al iniciado que “ángeles invisibles están presentes grabando [su] voto”. Luego se inviste al iniciado con ropas eclesiásticas, un cinto y un tocado.

Etapa 3: El iniciado es investido con el Gran Esquema o vestimenta religiosa completa que incluye “un delantal elaboradamente bordado”. Este delantal incluye un símbolo de Adán y también las siglas de Paraiso. La ropa que se le da al iniciado en esta etapa de su progresión nunca debe quitarse, ni de día ni de noche, “incluso en la muerte”. Los monjes en esta etapa de iniciación hacen voto de “renunciar al mundo y las cosas del mundo”.47

Conclusión

Este discurso comenzó declarando las afirmaciones de algunas personas de que la expiación de Jesucristo hizo obsoleta la adoración en el templo de los israelitas y que las ceremonias del templo nunca fueron parte del evangelio del Redentor. La evidencia presentada hoy cuestiona estas afirmaciones. Incluso después de que se llevó a cabo la Expiación, aquellas personas que conocían personalmente al Salvador todavía se aferraban a una ideología distinta del templo. Pero más que eso, el Señor mismo les prometió, después de que se llevó a cabo la Expiación, que los fieles podrían recibir las mismas bendiciones relacionadas con el templo que experimentaron los reyes y sacerdotes de Israel. Las prácticas litúrgicas del templo israelita encontraron expresión en algunos de los ritos de los primeros cristianos y algunas de esas prácticas se repiten entre los seguidores ortodoxos del Maestro incluso hoy.

Gracias por su atención.


1George R. Beasley-Murray, The Book of Revelation (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1981), 102.

2David E. Aune, Revelation 1ñ5 (Dallas, TX: Word Books, 1997), 52a:152.

3Dexter E. Callender Jr., Adam in Myth and History: Ancient Israelite Perspectives on the Primal Human (Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 2000), 211. “El Salmo 2 es la ‘repetición’ o ‘actualización’ ritual de la institución primordial del rey y la realeza. Lo que le sucedió entonces al Patriarca de Reyes y Hombres [es decir, Adán] le sucede de nuevo al 'rey' y al 'hombre' en el rito de la coronación”

4Véase Lawrence Stager, “Jerusalem as Eden,” Biblical Archaeology Review, vol. 26, no. 3, May/June 2000, 36ñ47, 66.

5Véase Robert H. Charles, A Critical and Exegetical Commentary on the Revelation of St. John (Edinburgh, Scotland: T. & T. Clark, 1985), 1:59ñ60; M. McNamara, Targum and Testament: Aramaic Paraphrases of the Hebrew Bible (Grand Rapids, MI: Eeardmans, 1962), 148.

6Véase Gregory K. Beale, The Book of Revelation: A Commentary on the Greek Text (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1998), 1002.

7Arnold A. Anderson, The Book of Psalms: 1ñ72 (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1981), 202ñ205; Peter C. Craigie, Psalms 1ñ50 (Waco, TX: Word Books, 1983), 211.

8Richard Watson, A Biblical and Theological Dictionary, 2d ed. (London: John Mason, 1832), 157.

9Véase Thomas B. Slater, Christ and Community: A Socio-Historical Study of the Christology of Revelation (Sheffield: Academic Press, 1999), 128.

10Véase Journal of Bible and Religion, vol. 20, no. 2, April 1952, 120.

11Véase Hans-Joachim Kraus, Psalms 60ñ150: A Continental Commentary (Philadelphia: Fortress Press, 1990), 352.

12David Noel Freedman, ed., Anchor Bible Dictionary (New York: Doubleday, 1992), 5:865.

13A. M. Honeyman, “The Evidence for Regnal Names among the Hebrews,” Journal of Biblical Literature, vol. 67, no. 1, March 1948, 24, 25.

14Charles B. Chavel, trans. and comp., Ramban (Nachmanides): Commentary on the Torah (New York: Shilo Publishing House, 1971), 405.

15Véase Louis Ginzberg, The Legends of the Jews (Philadelphia: The Jewish Publication Society of America, 1911), 3:158ñ59.

16Raphael Patai, The Hebrew Goddess (Detroit: Wayne State University Press, 1990), 91.

17Robert H. Mounce, The Book of Revelation, rev. ed. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1997), 90

18George R. Beasley-Murray, The Book of Revelation (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1981), 93ñ94.

19Robert H. Mounce, The Book of Revelation, rev. ed. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1997), 409.

20Robert L. Thomas, Revelation 1ñ7: An Exegetical Commentary (Chicago: Moody Press, 1992), 1:260.

21William P. Brown, “A Royal Performance: Critical Notes on Psalm 110:3añb,” Journal of Biblical Literature, vol. 117, no. 1, Spring 1998, 96.

22David E. Aune, Revelation 1ñ5 (Dallas, TX: Word Books, 1997), 52a:223ñ24.

23Robert L. Thomas, Revelation 1ñ7: An Exegetical Commentary (Chicago: Moody Press, 1992), 1:260, 264.

24David E. Aune, Revelation 1ñ5 (Dallas, TX: Word Books, 1997), 52a:241ñ42.

25Robert H. Charles, A Critical and Exegetical Commentary on the Revelation of St. John (Edinburgh, Scotland: T. & T. Clark, 1985), 1:91ñ92.

26Richard H. Wilkinson, “The ΣΤϒΛΟΣ of Revelation 3:12 and Ancient Coronation Rites,” Journal of Biblical Literature, vol. 107, no. 3, September 1988, 501

27Robert L. Thomas, Revelation 1ñ7: An Exegetical Commentary (Chicago: Moody Press, 1992), 1:325ñ26.

28David E. Aune, Revelation 1ñ5 (Dallas, TX: Word Books, 1997), 52a:261ñ63.

29Robert H. Charles, A Critical and Exegetical Commentary on the Revelation of St. John (Edinburgh, Scotland: T. & T. Clark, 1985), 2:215.

30Roland de Vaux, Ancient Israel: Its Life and Institutions (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1997), 112.

31G. Johannes Botterweck and Helmer Ringgren, eds., Theological Dictionary of the Old Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1974), 1:18ñ19.

32Margaret Barker, The Great High Priest: The Temple Roots of Christian Liturgy (Edinburgh, Scotland: T. & T. Clark, 2003), 141.

33Margaret Barker, Temple Themes in Christian Worship (Edinburgh, Scotland: T. & T. Clark, 2007, 20.

34Véase Edward C. Whitaker and Maxwell E. Johnson, eds., Documents of the Baptismal Liturgy, rev. and exp. (Collegeville, MN: Liturgical Press, 2003).

35Ibid., 78ñ79

36Leopold Sabourin, Priesthood: A Comparative Study (Leiden: E. J. Brill, 1973), 152

37Véase W. H. Worrell, “An Early Bohairic Letter,” The American Journal of Philology, vol. 56, no. 2, 1935, 109.

38Roger S. Bagnall, ed., Egypt in the Byzantine World, 300ñ700 (Cambridge, MA: Cambridge University Press, 2007), 171ñ72.

39Véase C. Wilfred Griggs, “Evidences of a Christian Population in the Egyptian Fayum and Genetic and Textile Studies of the Akhmim Noble Mummies,” Brigham Young University Studies, vol. 33, no. 2, 1993, 214ñ43.

40Veáse Edmondo F. Lupieri, A Commentary on the Apocalypse of John (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2006), 306ñ307

41Veáse David Ulansey, “The Heavenly Veil Torn: Mark’s Cosmic ‘Inclusio,'” Journal of Biblical Literature, vol. 110, no. 1, Spring 1991, 123ñ25.

42Hermann Gunkel, Creation and Chaos in the Primeval Era and the Eschaton (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2006), 29.

43Nicolas Wyatt, Myths of Power: A Study of Royal Myth and Ideology in Ugarit and Biblical Tradition (M¸nster: Ugarit-Verlag 1996), 301ñ302.

44John Eaton, The Psalms (New York: T. & T. Clark, 2003), 317. En la Nueva Traducción Viviente dice “Con mi mano lo mantendré firme; con mi brazo poderoso, lo haré fuerte. Nota del traductor.

45Arnold A. Anderson, The Book of Psalms: Volume 2, Psalms 73ñ150 (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1981), 535; Hans-Joachim Kraus, Theology of the Psalms (Minneapolis, MN: Augsburg Publishing, 1986), 173.

46Christoph Baumer, The Church of the East: An Illustrated History of Assyrian Christianity (New York: I. B. Tauris, 2006), 122ñ26.

47Graham Speake, Mount Athos: Renewal in Paradise (New Haven, CT: Yale University Press, 2002), 209ñ15.

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