domingo, agosto 13, 2023

Reconsiderando la maldición de Caín

 

Reconsiderando la maldición de Caín

Por Chad Nielsen  

Fuente: http://archive.timesandseasons.org/2020/08/reconsidering-the-curse-of-cain/

Traducción de Juan Javier Reta Némiga

Eugene England compartió una vez una experiencia que tuvo con el destacado líder, escritor y expositor doctrinal de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, Joseph Fielding Smith. El presidente Smith había escrito extensamente sobre el tema de la prohibición del sacerdocio y del templo contra las personas de ascendencia africana negra, ofreciendo razones para la prohibición que desde entonces han sido rechazadas por la Iglesia. Durante ese tiempo, England buscó la oportunidad de reunirse con el presidente Smith y registró que:

Le conté al presidente Smith sobre mis experiencias con el tema de los negros y el sacerdocio y le pregunté si debía creer en la doctrina de la preexistencia (con relación a los negros) para tener una buena reputación en la Iglesia. Su respuesta fue: “Sí, porque esa es la enseñanza de las Escrituras”. Le pregunté al presidente Smith si me podía mostrar donde se enseñaba en las Escrituras (con cierta inquietud, porque estaba convencido de que si alguien en el mundo podía mostrármelo, ese podría ser él). Leyó conmigo las fuentes en las escrituras modernas y luego, después de reflexionar un poco, me dijo algo que revelaba plenamente la formidable integridad que caracterizó toda su vida: “No, no tienes que creer que a los negros se les niega el sacerdocio debido a la preexistencia. Siempre lo había he asumido porque era lo que me enseñaron, y tenía sentido, pero usted no tiene que preocuparse de su reputación porque este tema no se declara definitivamente en las escrituras. Y no he recibido revelación sobre el asunto.1

La historia es un ejemplo significativo para que lo consideremos. El presidente Smith creía plenamente que las Escrituras enseñaban algo. Sin embargo, cuando se le pidió que mirara de cerca, descubrió que las Escrituras, de hecho, no enseñaban la idea que él pensaba que enseñaban. Cuando se enfrentó a esa comprensión, en lugar de duplicar la enseñanza en cuestión, admitió que se había equivocado al afirmar que "es la enseñanza de las Escrituras".

Ahora, mencioné hace un par de semanas en un hilo de discusión que trataría de explicar algunas de mis perspectivas sobre los fundamentos de la prohibición del sacerdocio y del templo, especialmente cuando se trata de ideas que se han visto respaldadas por las Escrituras. Esta es la primera, probablemente de dos publicaciones, en las que expongo mis pensamientos sobre algunos de estos temas (la segunda publicación ya está disponible aquí). Mi esperanza hoy es pedir a los miembros de la Iglesia que consideren emprender un viaje similar al que hizo Joseph Fielding Smith con otra de las enseñanzas que defendían la prohibición del sacerdocio y del templo que a menudo se supone que es la enseñanza de las Escrituras: la maldición de Caín como el origen de la prohibición.

Me parece importante emprender este viaje porque nos ayuda a ver más claramente lo que se enseña y lo que no se enseña en las Escrituras y porque nuestros líderes actuales de la Iglesia han indicado que probablemente deberíamos reconsiderar nuestras creencias sobre por qué se prohibió el sacerdocio y el templo. A fines de la década de 1980, el élder Dallin H. Oaks comenzó a proclamar que si bien “algunas personas dieron razones” para la prohibición del sacerdocio y del templo, esas razones “resultaron ser espectacularmente incorrectas”.2 El élder Jeffrey R. Holland intervino sobre el tema en 2006 y afirmó que: “Probablemente hubiera sido ventajoso no decir nada, decir que simplemente no sabemos. … Pero se dieron algunas explicaciones y se habían dado durante muchos años. … Como mínimo, no debería haber ningún esfuerzo por perpetuar esos esfuerzos para explicar por qué existía esa doctrina. … Simplemente no sabemos por qué se implementó esa práctica, esa política, esa doctrina”.3 En 2013, el ensayo Temas del Evangelio sobre la raza y el sacerdocio se publicó con la aprobación de la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce y declaró que: “Hoy, la Iglesia niega las teorías presentadas en el pasado de que la piel negra es un signo de de no gozar del poder divino o una maldición, o que refleja acciones injustas en una vida preterrenal; que los matrimonios mixtos son un pecado; o que los negros o las personas de cualquier otra raza o etnia sean inferiores a cualquier otra persona. Los líderes de la iglesia de hoy condenan inequívocamente todo racismo, pasado y presente, en cualquier forma”.4 Estos tres testigos juntos me indican que es mejor aceptar que no tenemos una explicación de Dios para la prohibición del sacerdocio y del templo que continuar creyendo en las teorías y explicaciones presentadas en el pasado, ya sea que crea que la prohibición fue puesto por Dios o no.

Si bien la mayoría de los miembros de la Iglesia con los que he hablado parecen dispuestos a descartar la idea de que la prohibición fue el resultado de fallas premortales, parece haber menos disposición a distanciarse de la idea de que el sacerdocio fue retenido debido a las decisiones de los supuestos antepasados de los negros africanos—específicamente Caín y Cam. En parte, esto se debe a que se ha utilizado una narrativa para respaldar la prohibición desde la época del presidente Brigham Young de que Caín fue maldecido con respecto al sacerdocio y marcado con una piel oscura, que sus descendientes portaron tanto la maldición como la marca, y que los descendientes de Cam eran una continuación del linaje de Caín y que esos descendientes son los negros africanos. En esta narración se combinan tres historias separadas de las Escrituras: la historia de Caín en Génesis 4, la historia de Cam y Canaán en Génesis 9, y la historia de Faraón en el Libro de Abraham 1—dando a la narración el barniz de autoridad escritural. Por ejemplo, en la versión actual del manual de la Iglesia para las clases del Instituto sobre el Antiguo Testamento, se encuentra la afirmación de que: “Aunque Cam mismo tenía derecho al sacerdocio, Canaán, su hijo, no lo tenía. Cam se había casado con Egyptus, un descendiente de Caín (Abraham 1:21–24), por lo que a sus hijos se les negó el sacerdocio”.5 Si bien esto se encuentra en un manual actual de la Iglesia, debemos tener en cuenta el incidente de principios de este año en el que se transfirió una cita con comentarios raciales obsoletos del manual actual del Instituto del Libro de Mormón al manual Ven, sígueme. Desde entonces, se cambió el manual en la edición digital y el élder Gary Stevenson dijo que: “Estamos pidiendo a nuestros miembros que ignoren el párrafo en el manual impreso”, calificándolo de “error”.6 Este incidente subraya el hecho de que se están reconsiderando las viejas formas de entender algunas de las historias racializadas en las Escrituras y que muchas de las declaraciones relacionadas con la raza en los manuales de la Iglesia publicados antes de 2013 se consideran obsoletas. Necesitamos analizar las tres historias de Caín, Cam/Canaán y Faraón, examinándolas de cerca para considerar qué relación tienen y no tienen cada una con la prohibición del sacerdocio. El resto de esta publicación se centrará en la historia de Caín, mientras que una publicación posterior se centrará en el tema más complicado de Cam, Canaán y Faraón.

Caín es importante para la prohibición del sacerdocio porque desde muy temprano, Brigham Young comenzó a referirse a su historia como una razón fundamental para la existencia de la prohibición. Mientras que José Smith habló sobre el linaje y las conexiones con Caín como parte de su justificación de la existencia de la esclavitud, el presidente Young llevó la idea más allá y la aplicó tanto al sacerdocio como a la esclavitud. La declaración registrada más antigua conocida de Brigham Young sobre la prohibición del sacerdocio se produjo en 1849, cuando dijo:

La maldición permaneció sobre ellos porque Caín cortó la vida [sic] de Abel, para evitar que él y su posteridad obtuvieran ascendencia sobre Caín y sus generaciones, y para obtener él mismo la delantera, su propia ofrenda no estaba siendo aceptada por Dios, mientras que la de Abel . Pero el Señor maldijo a la simiente de Caín con negrura y les prohibió el sacerdocio, para que Abel y su descendencia pudieran salir adelante y tener su dominio, lugar y bendiciones en su relación apropiada con Caín y su raza en el mundo venidero.7

Brigham Young parece haber creído que la capacidad de tener descendientes y transmitir el sacerdocio a esos descendientes era primordial. Él creía que Caín estaba tratando de evitar que Abel pudiera hacerlo, asegurándose de que Caín y su línea tuvieran mayor poder y autoridad. En esta comprensión de la narración, los esfuerzos de Caín resultaron contraproducentes, y él y sus descendientes fueron excluidos del sacerdocio hasta que todos los descendientes de Abel recibieran el sacerdocio. El presidente Young fue constante al expresar esta creencia o variaciones de la misma, junto con su creencia de que las personas de ascendencia negra africana eran descendientes de Caín, durante toda su vida en asociación con la prohibición, y muchos otros líderes de la Iglesia siguieron su ejemplo en este sentido.8

¿Cómo se compara la versión de Brigham Young de la historia de Caín con lo que se encuentra en las Escrituras? La historia de Caín se encuentra en Génesis 4 y se desarrolla en la Traducción de la Biblia de José Smith (como se muestra en Moisés 5). El texto completo de la historia, tal como se presenta en la Biblia, es el siguiente:

3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda á Jehová.
4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró Jehová con agrado á Abel y á su ofrenda;
5 Mas no miró propicio á Caín y á la ofrenda suya. Y ensañóse Caín en gran manera, y decayó su semblante.
6 Entonces Jehová dijo á Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué se ha inmutado tu rostro?
7 Si bien hicieres, ¿no serás ensalzado? y si no hicieres bien, el pecado está á la puerta: con todo esto, á ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
8 Y habló Caín á su hermano Abel: y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y le mató.
9 Y Jehová dijo á Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé; ¿soy yo guarda de mi hermano?
10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama á mí desde la tierra.
11 Ahora pues, maldito seas tú de la tierra que abrió su boca para recibir la sangre de tu hermano de tu mano:
12 Cuando labrares la tierra, no te volverá á dar su fuerza: errante y extranjero serás en la tierra.
13 Y dijo Caín á Jehová: Grande es mi iniquidad para ser perdonada.
14 He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
15 Y respondióle Jehová: Cierto que cualquiera que matare á Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo hiriese cualquiera que le hallara.
16 Y salió Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.9

La historia en este capítulo se expande un poco en la traducción de José Smith, introduciendo elementos de Caín haciendo un juramento a Satanás y una advertencia de Dios de que si Caín sigue adelante con su plan, “tú serás el padre de sus mentiras; serás llamada Perdición… y se dirá en el futuro: Que estas abominaciones vinieron de Caín”, pero por lo demás, los elementos esenciales relevantes para esta discusión son los mismos que los del capítulo de la Biblia.10

Hay pocas ausencias que señalar aquí. Primero, no se menciona el sacerdocio o Caín y todos sus descendientes siendo cortados del sacerdocio. La maldición se centra específicamente en que Caín ya no pueda cultivar, lo que lo obliga a vivir un estilo de vida nómada. Se le colocó una marca para preservar su vida de represalias por sus acciones fratricidas, pero no hay indicios de cuál podría ser esta marca o si también se aplicó a sus descendientes. Estas son brechas significativas entre el registro bíblico y las justificaciones dadas para la prohibición del sacerdocio.

La historia cobró importancia más tarde en la historia judeocristiana como parte de las narrativas utilizadas para deshumanizar a los africanos y justificar su esclavización. Mucho tiempo después de que se escribiera el texto original, una traducción siríaca de la Biblia hebrea agregó una glosa al texto en el que se decía que la marca era piel oscura.11 Como observó la historiadora Diarmaid MacCulloch:

Otros cristianos siguieron una línea diferente en la interpretación bíblica que no se encuentra en ninguna Biblia occidental, pero que se remonta a una lectura en la versión siríaca Peshitta de la historia de Caín en Génesis 4.1-16: según esta versión siríaca del texto bíblico, la gente negra en realidad descendía de Caín porque cuando Dios castigó a Caín por matar a su hermano Abel, la 'marca' que le dio al asesino fue ennegrecer su piel. Era razonable suponer que esto se aplicaba a todos los descendientes de Caín.12

Los cristianos de los que habló MacCulloch en la cita anterior eran los cristianos de Portugal y España que estaban involucrados en esclavizar a los africanos. Esta idea de que el castigo por el pecado de Caín fue el origen de la piel oscura de los pueblos africanos se convirtió en parte de las justificaciones de la esclavitud basada en la raza, que también se utilizó en la trata transatlántica de esclavos del Imperio Británico y los Estados Unidos de América. Como se observa en el ensayo de Temas del Evangelio sobre la raza y el sacerdocio:

Las justificaciones para esta restricción [del sacerdocio] se hicieron eco de las ideas generalizadas sobre la inferioridad racial que se habían utilizado para argumentar a favor de la legalización de la “servidumbre” negra en el Territorio de Utah. Según un punto de vista, que había sido promulgado en los Estados Unidos desde al menos la década de 1730, los negros descendían del mismo linaje que el bíblico Caín, quien mató a su hermano Abel. Aquellos que aceptaron este punto de vista creían que la 'maldición' de Dios sobre Caín era la marca de una piel oscura.13

Por lo tanto, Brigham Young y otros primeros miembros de la Iglesia estaban familiarizados con la idea de que los negros eran descendientes de Caín a través de las justificaciones de su cultura para esclavizar a los seres humanos y parece que se basaron en esas justificaciones para explicar la prohibición del sacerdocio y del templo.

Junto con el problema de que nunca se menciona una restricción del sacerdocio en las Escrituras en relación con Caín, también está la cuestión teológica de por qué no se establecieron restricciones similares para acciones similares de otras personas. Como escribió Alma Allred: “Si a los africanos se les negó el sacerdocio porque su antepasado fue un asesino, ¿por qué se permitió el sacerdocio a los descendientes del rey David, si él también era un asesino? ¿Por qué no se excluye del sacerdocio a los blancos hijos de homicidas?14 Aparte de alguna variación de las extrañas explicaciones ocultas que D. Michael Quinn sugiere que pueden haber influido en las creencias de los primeros miembros de la Iglesia (cosas en la línea de la idea de que Caín fue el origen de la hechicería y combinaciones secretas como una falsificación del conocimiento del sacerdocio, que él pasó a sus descendientes, descalificándolos así del verdadero sacerdocio) no hay muchas explicaciones que haya visto sobre por qué Caín fue castigado con más severidad que otros asesinos.15 Incluso esas explicaciones no tienen sentido para aplicarlas a personas de ascendencia negra africana y dudo que los Santos de los Últimos Días de hoy consideren esas ideas como parte de sus creencias religiosas.

Además del tema del sacerdocio que no se menciona en los relatos de la historia de Caín y el problema de los castigos inconsistentes por el mismo crimen, también existe el problema de que no hay medios documentados por los cuales los descendientes de Caín sobrevivieron al diluvio, si tomamos la historia de Noé literalmente. No sabemos mucho sobre las mujeres en la genealogía de Noé o las mujeres con las que él y sus hijos se casaron. Todo lo que se declara en la Biblia es el linaje masculino de Noé hasta Adán a través de Set. El Libro de Abraham añade que en la época de Abraham el Faraón era “descendiente de los lomos de Cam, y era partícipe de la sangre de los cananeos por nacimiento” y que “de esta descendencia nacieron todos los egipcios, y así la sangre de los cananeos fueron preservados en la tierra” (Abraham 1:21-22). También se hacer notar que la hija de Cam era también “la hija de Egyptus” y que “de Cam, salió la raza que preservó la maldición en la tierra” (Abraham 1:23-24). Sin embargo, no está claro cuál es la maldición a la que se hace referencia: ¿es la puesta sobre Caín, la puesta sobre Canaán, la puesta sobre un pueblo separado de Canaán en la época de Enoc (discutido a continuación), o algo completamente diferente? La referencia posterior a Faraón siendo "maldito... en lo que respecta al sacerdocio" en el Libro de Abraham presenta a Noé como la persona que lanza la maldición, lo que indicaría que cualquier tipo de prohibición del sacerdocio (si debe entenderse así) se originó después del diluvio (y por lo tanto mucho después de que Caín hubiera asesinado a Abel). Además, cualquier creencia de que la maldición fue la que cayó sobre Caín se hace a modo de suposición en lugar de lo que se establece explícitamente.

También se debe tener en cuenta aquí que el estilo lingüístico estándar de marcar a los descendientes de alguien es agregar -ite al final del nombre de la persona. Por lo tanto, un descendiente de Caín sería conocido como Cainita (o, como han sugerido algunos eruditos, Quenita),16 no como Canaanita, lo que designa a un descendiente de Canaán en lugar de Caín. Si bien los nombres Canaan y Cain suenan similares en inglés, son nombres distintos y las formas -ite se refieren a grupos distintos. El linaje de Faraón y los egipcios tal como se da en el Libro de Abraham, por lo tanto, no está conectado directamente con Caín, como se sugiere en el manual del Antiguo Testamento de la Iglesia, sino con Canaán o el pueblo de Canaán.

Hay dos grupos separados en nuestras escrituras a los que se hace referencia como cananeos. El grupo más conocido está compuesto por los descendientes de Canaán, el hijo de Cam, que pasó a establecerse en el Levante, para luego enfrentarse a la conquista de la Casa de Israel. El otro es un grupo que se encuentra en la revisión de la Biblia de José Smith, en la sección sobre Enoc. En la narración, Enoc profetiza que este pueblo de Canaán “saldrá en orden de batalla contra el pueblo de Shum, y los matará hasta que sean completamente destruidos”. Por este acto de genocidio, Enoc profetizó que “Jehová maldecirá la tierra con mucho calor, y su esterilidad se extenderá para siempre; y vino una oscuridad sobre todos los hijos de Canaán” (Moisés 7:7-8). Nuevamente, si creemos en la idea de que Caín y sus descendientes fueron marcados con piel negra, esta historia enfatizaría que el pueblo de Canaán y la simiente de Caín eran dos pueblos separados; sería redundante que "una oscuridad" cayera sobre "todos los hijos de Canaán" durante o después del tiempo de Enoc si ya tenían oscuridad debido a una marca que estaba en su lugar como parte del castigo de Caín. Ya sea que la sangre de los cananeos de la que se habla en el Libro de Abraham esté conectada con el pueblo de Canaán en la historia de Enoc o con Canaán, el hijo de Cam, no hay un vínculo explícito con Caín y su simiente.

Algunas personas pueden objetar lo que he razonado aquí con la idea de que el presidente Brigham Young llenó los vacíos que he señalado con perspicacia profética. Mi respuesta es que si somos cautelosos al aceptar otros aspectos de las enseñanzas doctrinales de Brigham Young, probablemente también deberíamos ser cautelosos al aceptar sus declaraciones sobre Caín. Incluso inmediatamente después de su vida, algunos líderes de la Iglesia sintieron que “en la promulgación de la doctrina se tomó libertades más allá de las que legítimamente tenía derecho”.17 En tiempos más recientes, la Iglesia ha rechazado explícitamente su creencia de que Adán es nuestro Dios y sus ideas sobre la expiación de sangre.18 De hecho, el ensayo de Temas del Evangelio sobre “La raza y el sacerdocio” puede entenderse razonablemente como el repudio de la Iglesia a las creencias de Brigham Young sobre Caín, con sus esfuerzos por contextualizar sus declaraciones en el discurso racista de los Estados Unidos del siglo XIX y su negación de “Teorías presentadas en el pasado de que la piel negra es un signo de desagrado o maldición divina”. Si bien hay muchas cosas que podemos y debemos respetar sobre el presidente Brigham Young y lo que dijo e hizo como presidente de la Iglesia, me parece que lo mejor es considerar las declaraciones de Brigham Young sobre Caín como especulaciones doctrinales basadas en las creencias aprendidas de su cultura y que esas creencias no son vinculantes para nosotros hoy ni están respaldadas por las Escrituras. Como escribió el difunto erudito Armand L. Mauss:

Gran parte de la "explicación" convencional para la restricción del sacerdocio simplemente se tomó prestada de la herencia racista de la Europa y América del siglo XIX, especialmente de las justificaciones de la esclavitud utilizadas en el Sur antes de la guerra. Comprensible, incluso perdonable, como tal recurso podría haber sido para nuestros antepasados ​​SUD, no es ni comprensible ni perdonable en el siglo XXI. Es una carga innecesaria de apologética fuera de lugar que ha sido impuesta por nuestra historia a las aspiraciones universales y globales de la Iglesia. Hasta que prescindamos de esta explicación de una vez por todas, seguirá obstaculizando los esfuerzos de los líderes de la Iglesia y los voceros de asuntos públicos de hoy en día para convencer al mundo, y especialmente a los negros de América del Norte, de que la Iglesia es para todos los hijos de Dios.19

Para concluir, creo que la idea de rastrear la prohibición del sacerdocio y del templo hasta la historia de Caín que asesinó a Abel no admite escrutinio. No se menciona en las escrituras la maldición puesta sobre Caín que involucra el sacerdocio y tampoco hay un vínculo claro entre Caín y Cam o las personas modernas de ascendencia africana negra. Ya sea que crea que Dios fue responsable de instituir el sacerdocio y la prohibición del templo o no, es mejor que aceptemos la idea de que Dios no ha dado ninguna explicación para la prohibición que perpetuar la idea de que Dios maldijo a Caín para que no poseyera el sacerdocio, que todos los africanos negros son descendientes de Caín, y que llevaron la maldición de Caín hasta 1978.

1Eugene England, “The Mormon Cross,” Dialogue: A Journal of Mormon Thought 8, no. 1, 83-84.

2Dallin H. Oaks citado en “Apostles Talk about Reasons for Lifting Ban,” Daily Herald, Provo, Utah [5 June 1988]: 21 [Associated Press]; reproduced with commentary in Dallin H. Oaks, Life’s Lessons Learned: Personal Reflections [Salt Lake City, Utah: Deseret Book Co., 2011], 68-69.

5Old Testament Student Manual Genesis-2 Samuel, 3rd ed. (SLC: Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1980, 1981, 2003), 57, https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/old-testament-student-manual-genesis-2-samuel/genesis-4-11-the-patriarchs?lang=eng&clang=pes&_r=1.

6Véase Ben Spackman, “Inerrancy among Church Employees about Church Materials,” Ben Spackman: Historian of Religion, Science, and Biblical Interpretation, 22 January 2020, https://benspackman.com/2020/01/22/inerrancy-among-si-about-church-materials/ for a discussion of this incident.  See also the current Institute manual for the Book of Mormon and Sean Walker, “We are all part of the same divine familiy,” KSL.com 20 January 2020.

7Manuscript History of the Church, 13 Feb. 1849, LDS Church Archives.

8Véase, por ejemplo: Wilford Woodruff’s Journal, Vol. 4, p.97, Journal of Discourses 2:142-43 (3 Dec. 1854), 2:184 (18 Feb. 1855), 7:290-91 (9 Oct. 1859), 11:272 (19 Aug. 1866); May 4, 1855, New York Herald, p. 8; Horace Greeley, An Overland Journey from New York to San Francisco in the Summer of 1859, (New York, H. H. Bancroft and Co., 1860), pp. 211-12; Matthias Cowley, Wilford Woodruff (Salt Lake City, The Deseret News Press, 1909), p. 351.

9https://www.biblegateway.com/passage/?search=Genesis+4%3A3-16&version=SRV-BRG

11Cabe señalar aquí que esta idea también es sugerida por una inserción en la traducción de José Smith de la Biblia. Cuando José Smith elaboró la historia de Enoc, se nota que fuera de la comunidad llamada Sión, Enoc vio que el residuo de la gente "era una mezcla de toda la simiente de Adán salvo que era la simiente de Caín, porque la simiente de Caín era negra, y no tenía lugar entre ellos" (Moisés 7:22).

12MacCulloch, Diarmaid. Christianity: The First Three Thousand Years (p. 868). Penguin Publishing Group. Kindle Edition.

14Alma Allred, “The Traditions of Their Fathers: Myth versus Reality in LDS Scriptural Writings,” in Black and Mormon, ed. Darron Smith and Newell G. Bringhurst (p. 42). University of Illinois Press. Kindle Edition.

15D. Michael Quinn, Early Mormonism and the Magic World View (Salt Lake City, Utah: Signature Books, 1987), 167, 177, 179; 1998 ed., 221, 222.

16Los quenitas eran un grupo nómada conocido por su habilidad como caldereros y metalúrgicos que posiblemente estaban conectados con los madianitas al principio, pero que finalmente se establecieron entre la tribu de Judá. Algunos eruditos bíblicos han sugerido que la historia de Caín era originalmente de otro contexto (no asociado con la creación y la historia temprana de la humanidad) y que se entendía que era el antepasado epónimo de los quenitas. Véase, por ejemplo, The New Oxford Annotated Bible, New Revised Stand Version with the Apocrypha, Fully Revised Fourth Edition (Oxford: Oxford University Press, 2010), 16-17.

18Para lo primero, véase, como uno de varios ejemplos posibles, Spencer W. Kimball, “Our Own Liahona”, Ensign (noviembre de 1976), pág. 77, que declara que “Les advertimos contra la diseminación de doctrinas que no están de acuerdo con el Escrituras y que supuestamente han sido enseñadas por algunas de las Autoridades Generales de generaciones pasadas. Tal, por ejemplo, es la teoría de Adán-Dios. Denunciamos esa teoría y esperamos que todos sean advertidos contra este y otros tipos de falsa doctrina”. Véase también la declaración de Wilford Woodruff en The Latter-day Saint Millennial Star 57:23 (6 de junio de 1895): 355-56. Para conocer la última doctrina, consulte "Declaración de la iglesia mormona sobre la expiación de sangre", Deseret News, 18 de junio de 2010 ((https://www.deseret.com/2010/6/18/20122138/mormon-church-statement-on-blood-atonement), que establece que: “La llamada 'expiación de sangre', mediante la cual se requeriría que las personas derramaran su propia sangre para pagar por sus pecados, no es una doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Creemos y enseñamos la expiación infinita y que todo lo abarca de Jesucristo, que hace posible el perdón de los pecados y la salvación para todas las personas”.

19Armand L. Mauss, “Dispelling the Curse of Cain, Or How to Explain the Old Priesthood Ban Without Looking Ridiculous,” Sunstone October 2004, pp. 56-61, https://www.sunstonemagazine.com/wp-content/uploads/sbi/articles/134-56-61.pdf.

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